Visión

De acuerdo con sus estatutos el objetivo de la FIU es el de fomentar desde la óptica del urbanismo y de la planificación la transformación de la sociedad en torno de los principios del derecho a la ciudad y a una vivienda digna; la participación democrática, la sostenibilidad y la diversidad cultural; la superación de la brecha urbana de la desigualdad, la reducción de la pobreza, la exclusión y la segregación espacial.
Todos los aspectos relativos a asentamientos humanos más justos y sostenibles, la ciudad y el territorio son en principio objeto de la FIU.
Existen no obstante tres ejes dominantes, responsables en la actualidad de la progresiva degradación y grave deterioro de la ciudad y de las condiciones de vida de los ciudadanos, que preocupan y concentran los esfuerzos de FIU.

La financiarización inmobiliaria de la ciudad
La progresiva reducción de la tasa de beneficio de los sectores industrial y servicios ha atraído desde finales del pasado siglo una progresiva focalización de la inversión de capitales hacia el sector financiero y hacia el sector inmobiliario.
Los edificios, las calles y plazas de la ciudad, la “piedra (hormigón)”, son el contenedor que alberga las actividades urbanas de residir, producir, intercambiar, descansar, solazarse… Tradicionalmente, a lo largo de la historia, el contenedor ha dependido del contenido. La forma y funcionamiento de la ciudad de “piedra (hormigón)” se ha subordinado a de la demanda de la sociedad.
Actualmente este esquema se ha invertido drásticamente. Es la “piedra (hormigón)”, bajo la lógica e impulso del negocio especulativo del poderoso “bloque cementero” el que marca e impone el desarrollo, la transformación y forma de la ciudad. Es causa y origen de graves disfuncionalidades y penalidades para la mayoría de la población.
La comprensión y oposición a la financiarización de la ciudad, al ilícito e injusto mecanismo especulativo basado en la apropiación privada por unos pocos de las plusvalías generadas por toda la comunidad en el desarrollo y transformación urbana, es uno de los ejes de interés prioritario de FIU.

La movilidad Urbana
Tradicionalmente el urbanismo se ha centrado en la ciudad estática, mientras que la ciudad dinámica, los flujos urbanos, la movilidad se ha cedido a la ingeniería de tráfico.
Desde FIU rechazamos esta falsa dicotomía integrando en la ciudad, en la planificación urbana, ambos conceptos indisolublemente vinculados.
La movilidad basada en el imperio del vehículo privado (la minoría de conductores) es el modelo dominante en la mayoría de ciudades y metrópolis del planeta. El ciudadano que a lo largo de la historia de la humanidad ocupaba el centro de la calle, el espacio público, ha sido arrinconado a estrechas aceras y pasos de peatones semaforizados, sórdidos pasos subterráneos e incómodos pasos elevados.
Este modelo urbano, aparte de funcionalmente inoperante -cada día se circula peor en las ciudades del mundo, más lenta y congestionadamente- genera unos nefastos efectos sobre la población. El vehículo privado es una máquina letal (accidentes, contaminación, CO2) que convierten la ciudad, la metrópolis en un entorno peligroso, hostil y agresivo para los humanos.
Desde FIU apoyamos un modelo urbano de convivencia con el automóvil, basado en la absoluta prioridad de la persona sobre la máquina. Son muchas, (pocas relativamente), las ciudades que con espectaculares resultados están caminando en esta dirección.

La Ciudad Precaria
Los mapas turísticos y oficiales de las ciudades, acostumbran a mostrarnos únicamente la ciudad formal, oficial, ordenada y representativa. Pero detrás de esta ciudad “visible” existe habitualmente una ciudad “oculta”, informal, desestructurada y precaria, que se esconde. La ciudad segregada de la desigualdad, de la pobreza, de la exclusión.
Son los barrios de tugurios y barracas. Las callampas, campamentos, cantegriles, conventillos, cuarterías, favelas, limonadas, mesones, palomares, pueblos jóvenes, tomas, villas miseria,…que encontramos en las periferias de las ciudades.
Mil millones de personas viven el mundo en ciudades y barrios precarios en indignas condiciones. La superación de esta lacra es para Naciones Unidas uno de los mayores retos de la humanidad en este nuevo siglo.
Desde FIU nos alineamos plenamente con esta visión. Ciudad formal e informal constituyen una arbitraria y falsa dicotomía. Ambas son la ciudad real. Por tanto, objeto del urbanismo y de los urbanistas de la FIU.